unas notas sobre el taller de los Torreznos
































El lunes 7 de septiembre de 2009, nueve personas de distintas procedencias, formación y con diversos intereses iniciamos un interesante e intenso viaje de la mano de Jaime y Rafa, conocidos como Los Torreznos. Durante cinco tardes pudimos comprobar aquello que Fernando Pessoa explicó en alguno de sus escritos tras asistir a la llegada de los trenes que llegaban a la estación de Lisboa procedentes de lugares lejanos: es posible viajar con el relato de otros, transportarse a otros mundos, a otras vidas sin moverse de sitio, atendiendo a las caras y las emociones de los demás.
Punto de partida de nuestro viaje: Can Oliver, Pontós; punto de llegada, Pontós, Can Oliver. Trabajamos tan sólo en cinco rincones del edificio, pero gracias a los ejercicios propuestos por Los Torreznos y a la ilusión puesta por todos en realizarlos nos adentramos en los recovecos de nuestras almas, nos descubrimos de otra manera.
Este mapa ha estado más lleno de palabras que los anteriores, comenta todo el mundo. También en el taller de los Torreznos, a pesar de que la mayoría de ejercicios fueran sin palabras, todo giraba, ciertamente, en torno a la significación. Esta narración, como decían ellos, es un rasgo distintivo de cierto tipo de performance que cuenta cosas. Y esto, sin duda, de ellos lo aprendimos.

Fernando y Ana

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